martes, 23 de agosto de 2011

La satisfacción del deber cumplido


 Luego de un día ajetreado, cumpliendo responsabilidades de aquí para allá, terminando tareas pendientes… llegó la hora de dormir.
Ese momento en que dejamos descansar nuestro cuerpo, muchas veces pensamos en las cosas que tocar hacer al siguiente día, las cosas que dejamos inconclusas por dedicarle tiempo al entretenimiento en la web, la tv, un amigo…

Pero existen días en que aprovechamos el tiempo al máximo, en el que rendimos en las cosas que teníamos pautadas. Cuando llega esa hora en la que nos toca dormir nos acostamos contentos y realizados. No nos preocupa nada porque hicimos todo lo nos permitió el tiempo sin escatimar esfuerzos. Esta sensación de “uuuuuuuu me rindió el día hoy :D” puede resumirse en:
 La mayor satisfacción -> El deber cumplido.

Aunque el deber cumplido no sólo implica “deberes”, tiene que ver más con las cosas que teníamos en la agenda de ese día. Si planeábamos visitar a un amigo con el cual perdimos contacto hace un tiempo y cumplimos este objetivo, agregamos una tarea  a la “Lista de las cosas por hacer”.
Sería fantástico que cada día al acostarnos podamos decir, he hecho todo lo que podía para cumplir mis objetivos, (¿No he podido lograrlos todos?? Puede que no, pero no importa. Mañana corregiré lo que no he hecho bien, y me empeñaré más.

¿Has experimentado esa sensación en la que sientes que has dado la talla? ¿Te has sentido realmente orgulloso porque cumpliste como correspondía ese día?

No hay comentarios:

Publicar un comentario