viernes, 7 de diciembre de 2012

¿Los signos de puntación no van con el chat?


El uso de los signos de puntuación es importantísimo en la redacción. No importa si estamos en el chat o en un escrito de carácter formal, pues, el mensaje puede verse distorsionado en ausencia o presencia de estos amiguitos.

Recordemos que si dialogamos hay pausas y aclaraciones, si escribimos, no necesariamente. En ese mismo orden el tono puede sentirse agresivo y no serlo, o sentirse triste y nada que ver.
Como no podemos transmitir tal cual hablamos, al menos acerquémonos y usémoslos más.

En particular me pongo un tanto molesta cuando me dicen: "es algo informal esto del chat, relajado..." Bien, vamos a tomarlo relajado pero al menos que se entienda la idea y las pupilas de los participantes no se sientan en lava con las diferentes faltas (esto ya es otro tema).

Volviendo a los signos y según lo expuesto me llega a la mente un texto que denota simpleza y demuestra el porqué de su invención.


EL TESTAMENTO

Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación: «Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo». El juez encargado de resolver el testamento reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas y les entregó una copia del confuso testamento con objeto de que le ayudaran a resolver el dilema. Al día siguiente cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.

- Juan, el sobrino:
«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

- Luis, el hermano:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis!. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».
- El sastre:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».
- Los jesuitas:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo».
- El juez todavía pudo añadir otra interpretación:
«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».
Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la siguiente decisión:
«... por lo que no resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más que tratar queda terminado el asunto». 

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Fuente: www.google.com.do/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&sqi=2&ved=0CCsQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.juegosdepalabras.com%2Fsignos.htm&ei=IJ7CUImDOKzK0AGTg4GACw&usg=AFQjCNFdd-WpnBIe_uMvs4zQLeObxZpRhA 

Una última cosita, recuerde esto a sus amigos y a mi también. Abrazos.