domingo, 15 de septiembre de 2013

El tacto se ha sublevado y no quiere acompañarnos


Tal vez el tacto no tiene intenciones de pasar tiempo con la mayoría de nosotros, no gusta de acercarse al incauto. En sentido más llano, ciertas acciones cotidianas a menudo conllevan poco tacto y nos presentan como imprudentes en potencia.

El desconcierto se ve propiciado por el contexto, el ambiente y las personas. Cuidar nuestros ánimos, el comportamiento, la gesticulación, los modales, los impulsos conlleva de tacto.

Me propuse hacer una lista reducida de recientes anécdotas que conllevaron poco tacto, mejor un ejemplo que cien teorías, aquí vamos:

1.       Tomarse una foto con disimulo – Una chica en un velorio o conmemoración de los 9 días del fallecido.
2.       Jugar con el celular a todo volumen (al máximo ehhhhh, el juego más escandaloso) – La secretaria de un consultorio médico, mientras atiende las consultas.
3.       Llamar a un familiar los 15 y 30 (días comunes de cobro de nomina en RD) y solicitarle dinero para x necesidad o apuro. – Una tía del contactado.
4.       Contactar con el dinero de ahorros del otro sin haber cuestionado la disposición del propietario. Padre a un hijo.
5.       Ir a la habitación de alguien sin tocar, sin permiso, sin que nunca, nunca te hayan invitado a pasar. –La vecina. {Este ejemplo es muy clásico en los barrios, algunos cuentan que de da ganas de esperar en cueros a ver si se avergüenza la vecina y recapacita; personalmente lo considero medida extrema, aunque también se cuenta que funciona porque funciona!}.
6.       Ir de visita por primera vez a una casa, preguntar si te guardaron cena mientras te diriges a la nevera sin autorización. – Un compañero de clase
7.       Detener a los empleados cuando ya tienen todo puesto y se encaminan a la salida, preguntarle por pendientes o rendimiento de estatus– El bendito jefe o supervisor inmediato.
8.       Pícaramente sostener una conversación telefónica en medio de una clase. Salir para terminar la interesante llamada y retornar a despedirse en plena aula; la despedida se prolonga y aumentan las risitas del tipo ya saben (hablo con un amiguito que me atrae). Una profesora mientras imparte docencia.
9.       Ajustarle o componer algo mal puesto en la ropa de alguien (una manga doblada por ejemplo). Entre colegas trabajo de géneros distintos. {Recordar que el espacio personal y la proximidad son muy delicados cuando no existe confianza o estamos en público; esto llama mucho la atención y en verdad deja en shock, con dudas de si era verdad o no lo que arreglaste. Mejor con respeto indicar: arregla tal cosa y que lo haga la misma persona.

Que dicen ustedes de estos ejemplos??

Sin duda la prudencia nos pone un moño, nos convierte en regalos bien empacados para los demás. En cambio la imprudencia, y/o falta de tacto nos proyecta como inmaduros y desconcierta al más enamorado.

2 comentarios:

  1. Definitivamente he vivido un par de esas experiencias jajajaja
    Lo mejor de todo es que las personas que suelen hacerlo NI SE DAN CUENTA!!!! y tu te quedas como o_O WTF!!

    Considero que el sentido del tacto va estrechamente ligado al sentido común. Cuando tienes sentido común, sueles pensar las cosas antes de actuar y así evitar situaciones incomodas que fácilmente pudieron evitarse...

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  2. jajajajaja Me Encanta..! Particularmente,me identifica el numero 7!!! :D

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